sábado, 2 de agosto de 2014

El árbol


Hoy me senté frente a él tan solo para verlo
mostrando respeto y haciendo silencio
Pasado un tiempo que no puedo precisar
vino a mí una palabra como hindú, Sinja
Se iba y volvía revoloteando mi espacio
Solo Sinja, y no parecía decirme nada
Y callaba y observaba aquel árbol viejo
Y llegaba como un susurro el mantra
Una y otra vez soplaba cerca de mi oído
Para luego marcharse
Y recordé muchas otras palabras
Las que dije sin sentir
Las que oí para darle una veracidad mentida
Las que me prometieron, las que prometí
Y entendí que como Sinja eran muchas de ellas
como hojas de árbol moribundo cayendo en tierra
y llevadas por el viento leve
Entonces supe que al tocar la última hoja el suelo
ya me habré ido
y que al igual que sus hojas
mis palabras y las que oí se habrán esparcido
y para ese instante ajeno

solo quedarán las raíces más profundas

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Para una comunicación más diáfana, usa el ID de Google (Tu cuenta de Gmail) para identificarte en el blog.