El
árbol
Hoy
me senté frente a él tan solo para verlo
mostrando
respeto y haciendo silencio
Pasado
un tiempo que no puedo precisar
vino
a mí una palabra como hindú, Sinja
Se
iba y volvía revoloteando mi espacio
Solo
Sinja, y no parecía decirme nada
Y
callaba y observaba aquel árbol viejo
Y
llegaba como un susurro el mantra
Una
y otra vez soplaba cerca de mi oído
Para
luego marcharse
Y
recordé muchas otras palabras
Las
que dije sin sentir
Las
que oí para darle una veracidad mentida
Las
que me prometieron, las que prometí
Y
entendí que como Sinja eran muchas de ellas
como
hojas de árbol moribundo cayendo en tierra
y
llevadas por el viento leve
Entonces
supe que al tocar la última hoja el suelo
ya
me habré ido
y
que al igual que sus hojas
mis
palabras y las que oí se habrán esparcido
y
para ese instante ajeno
solo
quedarán las raíces más profundas
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