Un, dos, tres, un dos, tres, y así va el paso; todos conocemos el vals, alguna vez nos hemos dejado envolver en su magia, sin muchas pretensiones que sentirnos príncipes y princesas protagonistas de un cuento de hadas, de romances de los que vivieron felices para siempre. Nada que ver con ser grandes bailadores de este ritmo ya ancestral, en la lista de letras muertas como el latín pero que, al igual que aquel, visitamos para sentirnos dilectos y especiales.
Aun es costumbre de algunas sociedades latinas la presentación de sociedad de las jovencitas al cumplir sus quince años, algo sin sentido sabido que ya a esa edad las púber han tenido sus primeros noviecitos y son bastantes conocidas en su entorno; cosa que no ocurría en los siglos XVI y XVII cuando las niñas se mantenían al resguardo de la casa paterna hasta llegar a la edad casamentera y era entonces cuando se presentaban en sociedad a los jóvenes con la dote y la promesa de un futuro próspero matrimonio.
Con esa calidez candorosa, con gracia y elegancia se nos presenta la imagen del vals para la vida o la vida siendo un vals, de la mano de un gran autor de letras, Diego Torres, también un magnífico intérprete. Con La Vida es un Vals, Diego Torres nos muestra la sencillez con que deberíamos afrontar los eventos, siempre imprevistos, al analizar los acontecimientos diarios de nuestra vida. Nos plantea vivir como danzando un vals, con dignidad, elegancia, la vista en alto, llevando el ritmo con cadencia sabiendo que las situaciones vienen y van, muchas veces muy a pesar nuestro, y depende de la actitud con que la enfrentemos el que podamos ser exitosos y felices.
Pongamos atención a la letra y la cadencia rítmica, importante es la palabra pero igual es el vals propuesto, como una jaculatoria, no debemos centrarnos el reconocerla textualmente sino en sentir su esencia, la vida es hermosa, con rincones escondidos, con pasos en absoluta oscuridad en ocasiones pero solo una tenemos y es nuestra la responsabilidad de hacerla mejor para nosotros y nuestro entono, no es asunto de excusas ni buscar culpas ajenas, es decisión nuestra, hoy todo puede cambiar y ser mejor.
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