Daba gusto verlos danzar sobre la blancura
Las pompas resonaban con alegría a su paso
Un, dos, un, dos, tres para luego volver a empezar
La lluvia les bendecía antes de dañar su presencia
Aquella presencia de mariposa acariciante
Dos en uno y uno en dos
Los loritos inseparables símbolo de amor les aprendían
La esencia que les hacía diferentes era locura
Como un espejo de circo se reflejaba su imagen
Rosa y tierra eran, dos luces de la misma farola
No había un amor parecido
Tan mágico, tan erguido, tan digno
Ni un par de cisnes eran tan sublimes en su amar
Dos trozos de dulces galletitas
Danzando un amor sobre la leche del cielo
Una de fresa y el otro de chocolate
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